Es muy común escuchar o leer acerca de la mal que manejan los argentinos en los accidentes de tránsito, y es cierto.
Pero en este caso, por desidia de la empresa de electridad Edea, por la falta de mantenimiento de la empresa de peaje, por la falta de control, me ocasionaron un grave accidente, que gracias a Dios y por puro milagro fue sin consecuecias personales para mí, y mi familia.
El día 10 de febrero por la mañana temprano emprendemos el regreso a la provincia de Córdoba después de pasar unas vacaciones en Mar del Plata.
Tomamos la ruta 226 rumbo a Balcarce,y en el km 6 de la misma, al pasar bajo la línea de "alta tensión" se escucha una explosión y cae un cable de grueso calibre sobre el auto, enganchándose en el frente del mismo destrozándolo entre chispas y fuego lo arrastre varios metros. Si en lugar de engancharse al romper las ópticas, hubiera pegado en el parabrisas el resultado final hubiese sido otro, quiero mencionar que en ese momento el día era calmo, sin viento, tormentas, terremoto ni tsunami.
Si este accidente hubiera sido en un vehículo naftero o con GNC seguramente se habría incendiado (el mío es diesel), ni hablar si pasaban ciclistas o motociclistas o camión con inflamables. Es increíble que crucen con estas redes de alta tensión sobre autopistas, sin ninguna protección, y con tal desprecio por la vida humana. Debo destacar la actuacion del personal del puesto caminero "El Soldado" Sierra de los Padres que presto colaboración, con mucha rapidez y eficiencia.
Lic. Alberto Pobihuszka
Río Cuarto - Córdoba
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