Locura en la ruta

Desde hacen 3 años con mi esposo hemos recorrido cerca de 30.000 Km. de ruta, viajando por nuestro país. Lo hacemos con el fin de descansar, de premiarnos por un año de trabajo, de darnos el permiso de conocer esta hermosa tierra que nos vio nacer. Lo hacemos en nuestro vehículo, lo cual nos permite conocer mucho mas. Nos turnamos para conducir, no superamos los 120 Km./h.

Pero esto no es una frase, sino una premisa para nuestro viaje, de esta forma nuestro stress del año no continúa en las vacaciones. El auto debe ser un elemento de confort que nos traslade cómoda y tranquilamente a destino. Pero lamentablemente en estos Km. recorridos encontramos cierto tipo de especímenes conduciendo vehículos a los cuales la propia vida no les interesa y mucho menos la ajena en la cual incluiremos a sus propias familias. ¿Por qué especímenes?

Porque los seres humanos nos diferenciamos del resto de los animales por tener razonamiento, inteligencia, es un animal pensante. El resto de los animales actúan por instinto, entre estos instintos está el de supervivencia. Estos especímenes a los que me refiero carecen de razonamiento y de instinto de supervivencia. Y ahora ¿por qué este preámbulo? Yo digo: si me encuentro en la ruta con "seres humanos" que pasan vehículos en curvas donde no ven al que viene de frente lo mismo que en las lomas, "seres humanos" que pegan su vehículo al de adelante a 120 Km./h o mas, "seres humanos" que cuando un conductor está pasando a otro, aparecen como balas, de atrás, de pronto, porque vienen a tan alta velocidad, que solo aparecen, no sueltan ni un poquito el acelerador, prenden luces a la distancia, se acercan peligrosamente al coche de adelante, lo obligan a subir la velocidad y volverse a su mano de forma abrupta porque lo están asediando, amenazando, empujando virtualmente, prepoteando y cuando logran su cometido desaparecen en el horizonte frontal tan raudamente como aparecieron. Da la casualidad que estos especímenes, se repiten en todas las rutas provocando muy desagradables momentos a los otros conductores, y manejan vehículos muy nuevos, muy caros, muy veloces.

Estos "seres humanos" se suponen animales racionales, lo peor que muchos de ellos son además: educados, instruídos, moralistas, educan hijos, dan consejos, dirigen empleados, o son profesionales. ¿Dónde está el razonamiento cuando no piensan que el vehículo de adelante o su conductor puede tener una falla?, ¿dónde está el razonamiento cuando suponen que tienen "visión especial" o "un sexto sentido" que les permite saber si viene de frente un vehículo o no? ¿donde está el razonamiento cuando su omnipotencia no les permite ver que del otro lado también puede venir otro espécimen de la misma familia que ellos? ¿donde está el razonamiento que no les permite ver que ese poder ficticio que sienten sobre un auto, no les va a salvar la vida ante un imprevisto? ¿ese poder también les sirve para salvar los daños producidos en un accidente? ¿o se creen tan poderosos que juegan con la vida de los demás creyendo que "a ellos no les va a pasar porque son tan buenos volantes que solo los idiotas tiene accidentes?

Cuando ocurre un accidente no vale un buen auto, el poder, la omnipotencia, nada. Estos seres son egoístas, prepotentes, soberbios, manipuladores, transgresores, e irracionales y ni siquiera cuentan con un instinto de supervivencia. Hemos comprobado también que son muchas las personas que conduciendo en rutas respetan las leyes viales. Lo lamentable es que por uno solo de esto especímenes a los que me refería anteriormente, sufren muchas personas y lamento comentar también que dentro de esta categoría están muchos choferes "profesionales" que no respetan lo mínimo para preservar la seguridad del pasaje que trasladan, ya que subir la velocidad o pasar bruscamente a otro vehículo no es cuestión de cansancio.

Mi carta tiene la indignación y la impotencia de no poder hacer mas que desahogarme por este medio. Pero deseo con todo fervor que esta carta llegue a quien corresponda, que los que la lean se hagan cargo y que puedan realizar su propia autocrítica y ubicarse de algún lado: ¿que soy? ¿un espécimen o un ser humano? ¿qué quiero? ¿vivir tranquilamente o tener en mi conciencia el saldo terrible de un accidente? No voy a pedir disculpas por mis términos porque estoy convencida que está dirigida a un grupo de "personas" y lo que expuse es poco y si hay "personas" a las cuales les molesta abría que preguntarse por qué.
Muchas gracias al Diario La Capital por permitirme exponer mis pensamientos.

Marcela Santos
D.N.I: 13.878.755